jueves, 23 de junio de 2016

DIEZ CONSEJOS PARA EVITAR PROBLEMAS ALÉRGICOS EN VERANO

FENAER publica la Nota de Prensa  sobre los consejos emitidos por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, relacionados con los problemas que puedan surgir a las personas que padezcan algún tipo de alergia durante el verano.

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) recuerda que en la época estival deben extremarse las precauciones

· Siete de cada diez reacciones alérgicas a alimentos ocurren al comer fuera de casa.

· Los ácaros, responsables de la alergia al polvo doméstico, son muy abundantes en regiones costeras.

· La medicación contra el asma debe seguirse también en verano: dejarla elevará las crisis en otoño.


Madrid, 22 de junio de 2016.- La época estival es tiempo de ocio, viajes, días de playa y comidas fuera de casa. Por este motivo, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) recomienda mantener la alerta para evitar problemas entre los pacientes alérgicos y sus familiares.

Los expertos recuerdan que quienes padecen algún tipo de alergia deberán viajar con la medicación recomendada por sus alergólogos. En ocasiones precisarán tratamientos preventivos, en otros medicación de urgencia (autoinyectores de adrenalina) o “medicación de rescate” como antihistamínicos o broncodilatadores para solucionar los nuevos episodios que se pudieran presentar. En el caso de personas que ya tengan prescritos autoinyectores de adrenalina para tratar eventuales reacciones anafilácticas, la recomendación de los expertos es llevar siempre consigo al menos dos bolígrafos autoinyectores de adrenalina, especialmente si se va a estar alejado de centros médicos de urgencia.

1. Cremas solares y medicamentos antiinflamatorios
Existen alergias en la piel (eccemas) que precisan de las radiaciones solares para producirse. Entre las causas más frecuentes se encuentran algunas plantas (higueras, cítricos, etc.) o los filtros que contienen algunas cremas solares. En el caso de los medicamentos antiinflamatorios y algunos antibióticos, el efecto fotosensibilizante puede producirse tanto por la aplicación en la piel como por su ingesta.

2. Comidas fuera de casa
Las reacciones alérgicas por alimentos pueden incrementarse en verano a causa de
un "mayor descuido". No hay que olvidar que siete de cada diez reacciones se
producen fuera del domicilio. La SEAIC aconseja a los alérgicos a alimentos vigilar
todos los productos que se ingieren leyendo detenidamente los ingredientes que los
componen: leche o frutos secos en los helados, trozos de frutas como melón, kiwi y
melocotón en postres y batidos; mariscos en pastas o ensaladas, etcétera, y preguntar
siempre a los cocineros en caso de duda.
También es una época en la que los niños se quedan al cuidado de familiares
(abuelos, tíos, etcétera) por lo que se recomienda que estas personas encargadas
estén bien enteradas de los alimentos que se deben evitar, así como posibles fuentes
de exposiciones ocultas. Igualmente, deben estar familiarizados con los medicamentos
que debe tomar el niño alérgico en caso de una reacción así como en el uso correcto
de los dispositivos de autoinyección de adrenalina.

3. Frutas de temporada
Algunas frutas como cerezas, melocotones o paraguayas pueden causar urticaria al
contacto con la piel de la fruta en las manos y los labios, aunque también pueden
causar síndrome de alergia oral, inflamación y picor en la boca, los labios y la garganta
al comerlas. La manifestación puede ser más grave y llegar incluso a causar un shock
anafiláctico. Frutas como melón y sandía frecuentemente producen síntomas en la
boca en pacientes alérgicos a pólenes. Si se han padecido síntomas previamente con
la ingesta de frutas, se recomienda una consulta con el alergólogo para recibir
instrucciones precisas de cuáles se pueden tomar y cuáles se deben evitar en cada
caso concreto.

4. Piscinas
Los baños frecuentes en piscinas en los meses de verano empeoran los síntomas de
dermatitis atópica en muchos pacientes, particularmente en niños. Se debe a la
irritación que el baño prolongado y el cloro producen en la piel, fácilmente irritable de
estos pacientes. Usar agua salada en vez de clorada y bañarse en el mar, por el
contrario, mejoran las pieles atópicas. Es importante un buen aclarado de la piel con
agua dulce tras el baño en la piscina y seguir haciendo uso de las cremas hidratantes.

5. Tatuajes temporales
Los tatuajes de henna se pueden realizar durante todo el año, pero es en verano
cuando proliferan en zonas costeras personas que ofrecen este servicio. En realidad,
la henna natural es enriquecida con un producto de fuerte concentración que permite
fijar mejor el tatuaje, la parafenilendiamina. Es esta sustancia la que puede provocar
algunos casos de dermatitis y alergia.

6. Residencias de verano
En general, los ácaros, responsables de la alergia al polvo doméstico, se encuentran
especialmente confortables cuando la temperatura es templada y la humedad relativa
del ambiente es elevada. Por ello son muy abundantes en regiones costeras. También
por esta causa la concentración de ácaros en las casas aumenta durante las épocas
de cambio estacional (primavera y otoño), con lluvias y temperaturas suaves, y suelen
disminuir durante el verano e invierno. Se deberá tener cuidado en los traslados a
otros domicilios de verano y con la limpieza en las casas que llevan tiempo sin ser
habitadas. Lo ideal es hacerlo de manera anticipada a la llegada del paciente alérgico.

7. Animales
En ocasiones se viaja a entornos rurales donde se entra en contacto con especies con
las que normalmente no hay relación directa y que pueden provocar alergia, como
caballos, ovejas, cabras, etcétera. Las alergias a animales más frecuentes son a los
gatos o perros, pero también pueden producirse a ratones, cobayas, hámster y
caballos. Las proteínas del pelo, la saliva o la orina de mascotas domésticas pueden
producir una reacción alérgica que ataca a los ojos y las vías respiratorias en forma de
rinoconjuntivitis y asma alérgicos.

8. Picaduras de insectos e himenópteros
El riesgo de presentar una reacción alérgica a picaduras de insectos himenópteros
(avispas y abejas) aumenta durante los meses de verano. Los alergólogos
recomiendan extremar la precaución cuando se está al aire libre y evitar, en la medida
de lo posible, comer en el campo pues los insectos acuden a los alimentos.
En el caso de reacciones locales por picaduras de mosquitos y otros insectos, el
médico de cabecera puede recomendar el uso de antihistamínicos orales y de cremas
de corticoides tópicos. Se deben evitar las cremas de antihistamínicos pues pueden
inducir fotosensibilidad con la exposición al sol.

9. Campamentos seguros
Existen campamentos para niños asmáticos y alérgicos en los que aprenden a convivir
con la enfermedad a la vez que se divierten y pasan unos días en contacto con la
naturaleza. Infórmate del más cercano a tu localidad en www.seaic.org
En cualquier caso, es muy recomendable proveer a los responsables del cuidado del
niño de información sobre las alergias conocidas y su tratamiento, medicamentos para
el asma si fuesen necesarios y cualquier otra circunstancia que pudiese motivar una
urgencia médica.

10. Vacunas antialérgicas
No es recomendable transportar vacunas cuando el periodo vacacional es corto.
Además existen problemas al llevarlas en los aviones: tanto como equipaje de mano al
tratarse de líquidos (en este caso debería ser justificado con un informe médico), como
en la bodega, ya que las bajas temperaturas a las que son expuestas podrían alterar
su contenido. Si el viaje se realiza en automóvil se deberá transportar en una bolsa
térmica con frío y evitar la exposición directa de la caja de vacunas al sol dentro del
coche. Por último, es recomendable llevar un informe detallado del especialista cuando
existe un viaje a otro lugar, ya sea dentro del país o en el extranjero.


Para más información, Gabinete de Prensa SEAIC.
Paz Romero / Laura Castellanos 91 787 03 

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